La Parálisis Cerebral describe un grupo de trastornos permanentes del desarrollo del movimiento y de la postura, que causan limitaciones en la actividad y que son atribuidos a alteraciones no progresivas ocurridas en el desarrollo cerebral del feto o del lactante. Los trastornos motores de la parálisis cerebral están a menudo acompañados por alteraciones de la sensación, percepción, cognición, comunicación y conducta, por epilepsia y por problemas musculoesqueléticos secundarios (Rosembaum, Paneth, Levinton, Goldstein y Bax, 2007, p. 9).
CLASIFICACIÓN
De la Parálisis Cerebral
La definición de parálisis cerebral propuesta por Rosembaum et al. (2007) agrupa distintas presentaciones clínicas y grados de limitación en la actividad, por lo que es conveniente clasificar a las personas con parálisis cerebral mediante clases o grupos. La propuesta de clasificación de estos autores incluye los siguientes aspectos:
COMPONENTES DE LA NUEVA
Clasificación de la parálisis cerebral
Anormalidades motoras:
1. NATURALEZA Y TIPOLOGÍA DEL TRASTORNO MOTOR: Podemos dividir la parálisis cerebral en tres grupos según las características neuromotoras predominantes:
- La parálisis cerebral espástica se caracteriza por aumento del tono muscular y por la presencia de reflejos patológicos.
- La parálisis cerebral discinética se determina por movimientos involuntarios, incontrolados, recurrentes, ocasionalmente estereotipados con predominio de reflejos primitivos y tono muscular variable.
- La parálisis cerebral atáxica incluye pérdida de la coordinación muscular ordenada, por lo que los movimientos se llevan a cabo con fuerza, ritmo y presión anormal.
2. HABILIDADES MOTORAS FUNCIONALES: Las consecuencias funcionales de la implicación de las extremidades inferiores y superiores deben ser clasificadas utilizando escalas objetivas funcionales. A continuación, presentamos la descripción respecto a la edad 6-12 años:
NIVEL I: Caminan en casa, en el colegio y en la comunidad. Pueden subir y bajar bordillos sin ayuda y subir escalaras sin sujetarse. Los niños realizan habilidades motoras gruesas, por ejemplo correr y saltar pero la velocidad, el equilibrio y la coordinación están reducidos.
NIVEL II: Caminan en la mayoría de entornos, pueden presentar dificultades al andar largas distancias y con el equilibrio en terrenos irregulares, inclinados, en áreas llenas de gente o si cargan algún objeto.
NIVEL III: Caminan usando ayudas manuales de asistencia a la movilidad en la mayoría de los lugares interiores. Cuando se sientan necesitan apoyo lumbar para conseguir alineamiento pélvico. Para ponerse de pie desde un asiento o desde el suelo necesitan asistencia física de una persona o apoyarse en una superficie firme.
NIVEL IV: Usan métodos de movilidad que requieren ayuda física o propulsada en la mayoría de entornos. Necesitan asientos adaptados para el control del tronco y la pelvis y ayuda física para ser movilizados. En casa se mueven en el suelo (rodando, reptando o gateando) caminan pequeñas distancias con ayuda física o utilizan métodos propulsados.
NIVEL V: Los niños son transportados en silla de ruedas en todos los lugares. Están limitados en su habilidad para el control anti-gravitatorio de la postura del tronco, la cabeza y el control de los movimientos de las piernas y los brazos.
Deficiencias asociadas:
En muchas personas con parálisis cerebral interfieren otras deficiencias con la habilidad para la función en la vida diaria y pueden producir, al mismo tiempo, incluso mayor limitación en la actividad que las deficiencias motoras. Estas deficiencias pueden haber surgido de los mismos o similares procesos pato-fisiológicos que llevan al trastorno, pero, sin embargo, requieren una enumeración separada. Como ejemplos se incluyen los trastornos epilépticos, problemas auditivos, visuales, cognitivos y de déficit de atención, y cuestiones emocionales y conductuales.
Anatomía y hallazgos radiológicos:
DISTRIBUCIÓN ANATÓMICA: partes del cuerpo – tales como miembros o tronco – afectadas por las deficiencias motoras o limitaciones.
HALLAZGOS RADIOLÓGICOS: los hallazgos neuroanatómicos de la tomografía computerizada o de la imagen de la resonancia magnética, tales como la ampliación ventricular, la pérdida de sustancia blanca o la anomalía cerebral.
Causa y momento:
Si hay una causa claramente identificada, como es frecuente en el caso de parálisis cerebral postnatal (por ejemplo, meningitis o daño cerebral) o cuando están presentes malformaciones cerebrales, y el momento en que el daño ocurrió.